EL VALOR DE NUESTRA MANERA DE SER PARA EL CORAZON DE DIOS. (3)

24 Cristo hizo suyos nuestros pecados, y por eso murió en la cruz. Lo hizo para que nosotros dejemos por completo de hacer el mal, y vivamos haciendo el bien. Cristo fue herido para que ustedes fueran sanados.    TLA 1 P 2:24.

18 porque Cristo murió una vez y para siempre para perdonarnos nuestros pecados. Él era bueno e inocente, y sufrió por los pecadores, para que ustedes pudieran ser amigos de Dios. Los que mataron a Cristo destruyeron su cuerpo, pero él resucitó para vivir como espíritu.   TLA 1 P 3:18.

Uno de los obstáculos más sobresalientes de ser cristianos es experimentar genuinamente el nacer de nuevo, pero por alguna razón el carácter y voluntad de cada creyente no se fortifica en el vivir en la Palabra que lo hizo nacer, ni cultivar el Espíritu de Dios que lo hizo Renacer en unión a la Palabra viva. 

 Voluntariamente nos descuidamos y las personas alrededor que nos instruyen no invierten en obediencia de carácter divino el cultivarnos.  Existen cinco dones ministeriales delegados y entregados por Jesucristo, y ellos son Apóstoles, Profetas, Pastores, Evangelistas y Maestros, fueron delegados por Jesús para edificar el Cuerpo de Cristo.  Bendiga Dios y multiplique ministros los ejemplares que mantienen su guianza y comunión con el Espíritu Santo.   Mas la responsabilidad no es solo de ellos sino también son todos los sumergidos por un mismo Espíritu, viniendo a ser todos hijos de Dios, limpiados por la misma sangre y sanados por la llaga de Jesucristo el dador de la vida.   Son demasiadas las realidades que el ser humano determina desobedecer y debido a eso sin darse cuenta evita que el poder y el amor de Dios sea sumamente eficiente para llevarnos de gloria en gloria. 

25 Dios entregó a Jesús para que muriera por nuestros pecados, y lo resucitó para que fuéramos declarados inocentes.   TLA Ro 4:25.

23 »Desde el principio, Dios había decidido que Jesús sufriera, y que fuera entregado a sus enemigos. Ustedes lo ataron y lo entregaron a los romanos, para que lo mataran.   TLA Hch 2:23.

Amar es decisión, seguidamente engrandecer ese amor prosigue en mejorar la decisión.  Fe es reconocimiento sin menguar ni debilitar la decisión.  Entonces se experimenta el crecimiento por el poder de Dios. Millones creen que Dios cambia o es motivado a ser diferente.   Siempre ha sido el mismo desde ayer, hoy y por siempre será.  El corazón del ser humano no permanece si en un momento no quiere permanecer.  Así de grande y poderosa es su decisión.  Tiene características divinas para ser de esa manera.  No existe excusa para absolutamente nadie. De la misma manera la influencia de un poder engañador seduce e influencia el estilo de vida que todo hombre establece y el mismo cultiva.  Dios no dejara de ser Dios. Existen cosas que no cambiaran.  El bien y el mal, la vida y la muerte, el amor y el odio, la bendición y la maldición, la fe y la incredulidad, entre otros momentos cruciales.

La ejemplaridad de Jesucristo es invariable y muy transparente.  No existe injusticia al Dios crearnos a su imagen y semejanza.  Somos su creación especial aunque tengamos noción de un ser que roba, mata y destruya la identidad del ser humano, eso no es relevante en ninguna manera.  Capacidad absoluta y valor incomparable es aquel que salió de la esencia de Dios cuando al polvo soplo aliento de vida y fuimos declarados almas vivientes. Honor y Honra sea por siempre al Dios que envió a Jesucristo para bendecirnos y rescatarnos de la acostumbrada y vacía manera de vivir.

Jesús muestra una actitud perfecta e incomparable para imitarle en todo tiempo.  17 »Mi Padre me ama porque estoy dispuesto a entregar mi vida para luego volver a recibirla. 18 Nadie me quita la vida, sino que yo la entrego porque así lo quiero. Tengo poder para entregar mi vida, y tengo poder para volver a recibirla, pues esto es lo que mi Padre me ha ordenado hacer.»   TLA Jn 10:17–18.

DECIDE HOY SER MAS FUERTE Y CREER Y AMAR A DIOS CON TODO LO QUE ERES. HONREMOSLE!!!